13 de mayo de 2009

LA TIERRA DA FELICIDAD

19 de marzo de 2009
Llega el sol, el calor, y vuelve a empezar el ciclo que nos ha tenido dormidos estos meses. Es hora de empezar a preparar los semilleros: conseguir buena tierra, desempolvar semillas guardadas con cuidado (a veces no tanto) en caja llenas de botes y etiquetitas, asegurarse el sol y el agua, y esperar... Siempre nos sorprendemos cuando sucede lo mágico y esas semillas empiezan a germinar (cada año, por más que pase el tiempo, dudamos de que el fenómeno suceda, pero al final ahí están otra vez asomando sus hojas...).
Los fines de semana amanecemos haciendo planes: "Esa cebolla habrá que transplantarla
ya", "deberíamos poner los guisantes", "¿Y las patatas?". Siempre hay algo que hacer, siempre hay algo nuevo que inventarse. Esta tarde hemos cavado un bancal, y nos hemos llenado las uñas y las manos de tierra. Mientras cavamos da gusto acariciar la tierra, olerla, sentir su textura (notar lo que quiere decir el tempero). Y sientes que los humanos nos hemos complicado la vida tanto que hemos dejado de disfrutar lo sencillo. Hoy he comprendido que la tierra da felicidad, que quita miedo, que comparte y agradece. Y os lo he querido contar, por si a alguien le interesa nuestro viaje.

2 comentarios:

  1. ¡Pues que vivan los peluches, sí señor! Y, sobre la tierra, aquí os mando un poema de Oliverio Girondo que no puede venir más al pelo, y eso que yo de poeta y de pelo tengo poco, pero os lo envío para que lo pongáis bien visible en vuestro trocito de edén, junto con un abrazo y un besote:

    DIETÉTICA

    Hay que ingerir distancia,
    lanudos nubarrones,
    secas parvas de siesta,
    arena sin historia,
    llanura,
    vizcacheras,
    caminos con tropillas
    de nubes,
    de ladridos,
    de briosa polvareda.
    Hay que rumiar la yerba
    que sazonan las vacas
    con su orín,
    y sus colas;
    la tierra que se escapa
    bajo los alambrados,
    con su olor a chinita,
    a zorrino,
    a fogata,
    con sus huesos de fósil,
    de potro,
    de tapera,
    y sus largos mugidos
    y sus guampas, al aire,
    de molino,
    de toro...
    Hay que agarrar la tierra,
    calentita o helada,
    y comerla
    ¡comerla!

    ResponderEliminar
  2. Nachusss, qué bonito, ¡me encanta! Comerla, comerla... os comería a besos si pudiera. Hoy estoy feliz porque los superhéroes de Madrid han recogido su fruto y ahora deben estar saboreándolo (nunca 5 minutos fueron tan productivos jej)Y me acuerdo de los amigos que se empeñan en poner kilómetros de por medio pero que no lo consiguen, se sigue pensando en ellos. Me explayo porque me autoexcluyo de facebook y mundos virtuales, así que son mis 5 minutos de gloria en mi propio blog(queda un poco mal, no?).
    Bueno africanitos, el poema lucirá en algún rincón importante pero os esperamos para que plantéis algo, para que cuando nos pase otra década contemplemos todos que la cosa crece y sigue creciendo.
    Besotes llenos de callos pa tí y pa la linda que te acompaña.Dadle candela!!!

    ResponderEliminar